Hasta hace poco, corregir las desigualdades entre mujeres y hombres no era considerado como prioritario y mucho menos como un objetivo principal de la sociedad. Sin embargo, países, empresas e individuos alrededor del mundo se han dado cuenta de que a pesar de que se han logrado múltiples objetivos en cuanto a desigualdad, la brecha de género no se acerca a cerrarse y nos estamos enfrentando a un futuro en el que casi la mitad de una población mundial en edad de trabajar, casi 5.000 millones de personas, no puede avanzar en su carrera profesional y sigue sin poder obtener un futuro financiero independiente por sesgos culturales a los que nos seguimos enfrentando. En Mujeres en Finanzas nos preguntamos, ¿qué se puede hacer? Como parte de nuestra propuesta, nos decidimos a analizar la importancia del género en el sector económico, dándolo a conocer para generar mayor conciencia.
Actualmente, las mujeres continúan enfrentando desigualdad de oportunidades, falta de financiamiento y siguen siendo de los grupos que menos invierte. Adicionalmente, estos factores se añaden a las razones por las que su participación se ha reducido en las empresas y en general dentro de la economía de su país. A pesar de los esfuerzos para sumar a más mujeres a la economía, en México, la tasa de su participación económica se sigue situando entre 40% y 45% en los últimos 17 años. Esto ha generado que, dentro de perspectivas globales, México tenga una tasa de participación económica femenina inferior a la del promedio mundial, que se encuentra en aproximadamente el 48.5%, e incluso a la de economías similares a la nuestra, como Colombia dque se encuentra en 50.3% o Brasil con 49.5%, según los datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD), menos de la mitad de las mujeres mexicanas mayores de edad participan en el mercado laboral y de las mujeres que sí trabajan, casi el 60% tienen trabajos informales, con baja protección social, alta inseguridad y baja remuneración. Una de las causas de esta baja participación es la carga excesiva de trabajo no remunerado que sufren las mujeres en México, lo que impide que puedan dedicarle tiempo al trabajo formal. Además, la cultura laboral de largas horas dificulta la conciliación entre lo laboral y lo familiar. La constante promoción de estereotipos de género en los medios de comunicación repercute directamente en el espacio que se le da a las mujeres. Su baja participación y la falta de condiciones equitativas en el mercado laboral, frenan el potencial económico del país. De hecho, se ha calculado que se necesitan 135.6 años para cerrar la brecha de género global y específicamente para la de participación y oportunidades económicas, 267.6 años, de acuerdo a GBM. De los 7,900 millones de habitantes del mundo, alrededor del 50% son mujeres, no obstante, participan con solo el 38 % de la riqueza del capital humano.
Las mujeres representan el 47% de la mano de obra mundial, el 40% de las mujeres son empresarias y, por primera vez en la historia, ocupan el 10% de los puestos de CEO en el S&P 500. "Quiero invitar a todas las mujeres a que empiecen a invertir. Sabemos que 65% de las mujeres a nivel global están bancarizadas, pero en México, sólo dos de cada diez inversionistas son mujeres. Somos excelentes planificadoras, administradoras y también inversionistas. Es hora de que las mujeres empecemos a invertir y nos convirtamos en mujeres visionarias", dice Alicia Arias, Co-fundadora de MEF y Directora de Adquisición de Asesores del Grupo Bursátil Mexicano (GBM).
Invertir es cada vez más fácil y puede reportar importantes beneficios a largo plazo, pero aún hay dudas al momento de hacerlo, especialmente entre las mujeres. El 58% de las mujeres encuestadas por BlackRock piensan que no tienen suficiente dinero para empezar a invertir, pero esto es un mito; hoy en día, pueden invertir independientemente de su capital inicial. Entre los principales retos a los que se enfrentan las mujeres para empezar a invertir se encuentran la dificultad para generar riqueza, en concreto debido a la brecha salarial, la falta de empleos flexibles y la baja por maternidad. Las mujeres, en general, son menos propensas a asumir riesgos que los hombres. A esto se añaden factores socioculturales, como el papel tradicional de la mujer como ama de casa, que puede alejarla de las actividades lucrativas.
Después de la pandemia, las mujeres muestran mayor interés en adquirir y manejar los instrumentos financieros de ahorro, inversión y seguros; pero el elemento clave para seguir este camino es la apertura de oportunidad y la educación financiera. Actualmente se busca brindar educación financiera con perspectiva de género, mientras que se acompaña y asesora a las mujeres para que puedan obtener y utilizar productos financieros que vayan acorde a sus necesidades. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2018), de la población de 15 años en adelante, 6 de cada 10 personas sin educación son mujeres. Esto refleja la situación de desigualdad y rezago a la que se enfrentan las mujeres en el sector financiero, de acuerdo a ONU Mujeres.
En Mujeres en Finanzas creemos que podemos generar un cambio significativo y estamos convencidas de que empieza con nosotras. Actualmente, menos del 2% de los CEOs de bancos son mujeres. A pesar de que en México 48% de los empleados del Sector Financiero son mujeres, el porcentaje desciende a 25% en posiciones de vicepresidente o superior. Mujeres en Finanzas aspira a ser y generar el cambio, y lo hacemos a través de la participación activa, involucramiento con las empresas del sector, la creación de foros y conversaciones que generen oportunidades de crecimiento y apoyo.
Nosotras sabemos que podemos generar el cambio, asumiendo 100% la responsabilidad de nuestro propio éxito y ampliamos nuestro poder al estar de pie juntas.
Con tu participación formaremos un sistema financiero equitativo.
